el niño-bandera

Una historia como cualquier otra.

Hoy temprano, como siempre, el niño-bandera con sus doce años se ha levantado. Como él, hay muchos. Niños colaboradores, niños explotados. Sus padres, peones de campo también de chicos trabajaron y hoy necesitan que les den una mano. El patrón que apenas quizá le de una camisa a su padre, no quiere que vaya a la escuela, no sea cosa que se me aviven piensa. Acá en el campo los libros no se cosechan.

Dale -dice su mamá- apurate chinito, no seas vago, que se te hace tarde. El mosquito está por pasar y casi no llegaste.

El pequeño soldado, rodeado de soja, ya está en su puesto. Levanta despacio la señal para que descargue la avioneta. Cierra fuerte los ojos. Siente caer esa brisa fresca sobre su cuerpo, un rocío que llega con suerte algunas mañanas (qué lindo sería estar ahí arriba, ver mi casa diminuta, dibujar nubes en el aire). El sabor no es dulce como el de la lluvia, tiene un gusto amargo, casi de remedio. Rápido, de nuevo, el avión ya dió la vuelta y todavía faltan varías líneas. El olor es tan nauseabundo, me marea, me revienta la cabeza.

Desde el sol hasta la nochecita, con su amigo: 1 hectárea por 20 centavos. Me duele la panza, se me hincha toda. Dicen que puedo tener cáncer, no se muy bien que significa, pero es malo sí. No queremos vivir en una villa, es lo que nos queda. Tal vez el patrón, sí el patrón que es agrónomo sepa, que significa plaguicida, «Round-up», «2-4 D» o glifosato.

¿Será que los hijos del contratista, del dueño, quieran estar aquí cerca? Creo que ellos están en Buenos Aires, estudiando y protestando pero con otra bandera, la de los colores del cielo donde el mosquito sobrevuela…

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Los niños fumigados por la soja

Los peones, «de sol a sol»

El círculo de la pobreza

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5 respuestas to “el niño-bandera”

  1. Victoria Says:

    Me intriga pensar que para cada asunto de la existencia haya múltiples capas, infinitas trazas. Entiendo que, a la inversa del instante en que por imaginar algo que no existe le damos vida, también en aquellos momentos en que somos indiferentes a algo que sí está, lo hacemos más chiquito y, por fin, como con los niños soja, lo deshacemos.

  2. nat Says:

    El “mosquito” es una máquina que vuela bajo y ‘riega’ una nube de plaguicida.

    CHICOS ROCIADOS CON PESTICIDAS TRABAJAN COMO BANDERAS HUMANAS.
    Escrito por Diario La Capita – Rosario –

    ‘A veces me agarra dolor de cabeza en el medio del campo. Yo siempre llevo remera con cuello alto para taparme la cara y la cabeza’.
    Gentileza de Arturo Avellaneda arturavellaneda@msn.com

    LOS NIÑOS FUMIGADOS DE LA SOJA

    Argentina / Norte de la provincia de Santa Fe
    Diario La Capital

    Las Petacas, Santa Fe,

    29 septiembre 2006

    El viejo territorio de La Forestal, la empresa inglesa que arrasó con el quebracho colorado, embolsó millones de libras esterlinas en ganancias, convirtió bosques en desiertos, abandonó decenas de pueblos en el agujero negro de la desocupación y gozó de la complicidad de administraciones nacionales, provinciales y regionales durante más de ochenta años.

    Las Petacas se llama el exacto escenario del segundo estado argentino donde los pibes son usados como señales para fumigar.

    Chicos que serán rociados con herbicidas y pesticidas mientras trabajan como postes, como banderas humanas y luego serán reemplazados por otros.

    ‘Primero se comienza a fumigar en las esquinas, lo que se llama ’esquinero’.

    Después, hay que contar 24 pasos hacia un costado desde el último lugar donde pasó el ’mosquito’, desde el punto del medio de la máquina y pararse allí’, dice uno de los pibes entre los catorce y dieciséis años de edad.

    El “mosquito” es una máquina que vuela bajo y ‘riega’ una nube de plaguicida.

    Para que el conductor sepa dónde tiene que fumigar, los productores agropecuarios de la zona encontraron una solución económica: chicos de menos de 16 años, se paran con una bandera en el sitio a fumigar.

    Los rocían con ‘Randap” y a veces “2-4 D” (herbicidas usados sobre todo para cultivar soja). También tiran insecticidas y mata yuyos. Tienen un olor fuertísimo.

    “A veces también ayudamos a cargar el tanque. Cuando hay viento en contra nos da la nube y nos moja toda la cara’, describe el niño señal, el pibe que será contaminado, el número que apenas alguien tendrá en cuenta para un módico presupuesto de inversiones en el norte santafesino.

    No hay protección de ningún tipo.

    Y cuando señalan el campo para que pase el mosquito cobran entre veinte y veinticinco centavos la hectárea y cincuenta centavos cuando el plaguicida se esparce desde un tractor que ‘va más lerdo’, dice uno de los chicos.

    ‘Con el ’mosquito’ hacen 100 o 150 hectáreas por día. Se trabaja con dos banderilleros, uno para la ida y otro para la vuelta. Trabajamos desde que sale el sol hasta la nochecita. A veces nos dan de comer ahí y otras nos traen a casa, depende del productor’, agregan los entrevistados.

    Uno de los chicos dice que sabe que esos líquidos le puede hacer mal: ‘Que tengamos cáncer’, ejemplifica. ‘Hace tres o cuatro años que trabajamos en esto. En los tiempos de calor hay que aguantárselo al rayo del sol y encima el olor de ese líquido te revienta la cabeza.

    A veces me agarra dolor de cabeza en el medio del campo. Yo siempre llevo remera con cuello alto para taparme la cara y la cabeza’, dicen las voces de los pibes envenenados.

    -Nos buscan dos productores.

    Cada uno tiene su gente, pero algunos no porque usan banderillero satelital.

    Hacemos un descanso al mediodía y caminamos 200 hectáreas por día.

    No nos cansamos mucho porque estamos acostumbrados.

    A mí me dolía la cabeza y temblaba todo. Fui al médico y me dijo que era por el trabajo que hacía, que estaba enfermo por eso’, remarcan los niños.

    El padre de los pibes ya no puede acompañar a sus hijos. No soporta más las hinchazones del estómago, contó. ‘No tenemos otra opción. Necesitamos hacer cualquier trabajo’, dice el papá cuando intenta explicar por qué sus hijos se exponen a semejante asesinato en etapas.

    La Agrupación de Vecinos Autoconvocados de Las Petacas y la Fundación para la Defensa del Ambiente habían emplazado al presidente comunal Miguel Ángel Battistelli para que elabore un programa de erradicación de actividades contaminantes relacionadas con las explotaciones agropecuarias y el uso de agroquímicos.

    No hubo avances.

    Los pibes siguen de banderas.

    Es en Las Petacas, norte profundo santafesino, donde todavía siguen vivas las garras de los continuadores de La Forestal.

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    + info: http://www.haztevegetariano.blogspot.com/

    mails:

    veganauta@hotmail.com

    veganauta@gmail.com

    Contacto Gabriel ๋:

    Fuente: Diario La Capital, Rosario, Argentina

    POR FAVOR PASALO

  3. nat Says:

    Y no sólo es la soja…

    DENUNCIAN QUE 6 NIÑOS MURIERON POR PROTOCOLOS DE INVESTIGACIÓN EN SANTIAGO DEL ESTERO

    (AW) La Federación Sindical de Profesionales de la Salud denunció hoy públicamente el irresponsable accionar de los Hospitales públicos santiagueños que llevan adelante protocolos de vacunas experimentales promovidas por las multinacionales farmacéuticas, sin control alguno, causando la muerte de 6 niños en las ultimas semanas. Al mismo tiempo que se denuncia la privatización del Hospital de Niños de Santiago del Estero.

    Los médicos y profesionales de la salud de Santiago del Estero nucleados en la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA) denunció, hoy en la sede capital de FESPROSA, públicamente un escándalo sanitario en esa provincia por los protocolos de vacunas experimentales promovidas por las multinacionales farmacéuticas en Hospitales públicos santiagueños sin control alguno del Estado ni con los requerimientos éticos mínimos. De los niños que recibieron la vacuna experimental, 6 fallecieron en las últimas semanas sin poder definirse aún la causalidad. Asimismo, se denunciará la privatización del Hospital de Niños santiagueño.

    La grave denuncia refiere a la situación en Santiago del Estero respecto de la implementación de un programa de investigación en fase 3 ( aplicación sobre humanos) de una vacuna contra el neumococo, investigación que tiene características muy particulares y que es otro icono de lo que hace la globalización a través de empresas farmacéuticas multinacionales en este caso de Bélgica (laboratorio Glaxo Smith Kl.) que fue puesta en «práctica» en Hospitales y centros de salud públicos de la provincia de Santiago del Estero.

    Por otro lado, el comité Ejecutivo Nacional de FESPROSA decidió rechazar el proyecto de ley de gerenciamiento del nuevo hospital de niños de Santiago del Estero, cuyo tratamiento está previsto para el martes 8 en la legislatura provincial. Este proyecto, según Jorge Yabkowksi Presidente de FESPROSA, «tiene enormes semejanzas con la Ley SAMIC de Onganía y el decreto 578/93 de autogestión hospitalaria de Carlos Menem. Abre la puerta al gerenciamiento privado total o parcial, a la flexibilización de los trabajadores de la salud y establece un control omnímodo del poder sobre los jefes de servicio eliminando la carrera sanitaria y los concursos para acceso a los cargos de responsabilidad sanitaria en la gestión».

    Como parte de la campaña Volver a Carrillo que comenzó el jueves pasado frente al hospital de El Cruce de Florencio Varela, «FESPROSA y los sindicatos de salud de Santiago del Estero ( APARSE y SIPROSSE) realizarán una jornada de lucha hoy, exigiendo que el nuevo hospital de niños de Santiago sea 100% estatal, con dependencia directa del Ministerio de Salud Provincial y con personal totalmente en blanco. Exigirán la suspensión del protocolo de vacunas de Glaxo hasta que se aclare el origen de las muertes de los niños y exigirán una nueva auditoría al Ministerio de Salud de la Nación y al ANMAT para que establezca si se han cumplido los requerimientos internacionales en materia de investigación en seres humanos» denunció el Presidente de FESPROSA, Jorge Yabkowski.

    Fuente: Prensa FESPROSA

    Contacto: Gonzalo (15-4042-5137

  4. nat Says:

    Campaña Paren de Fumigar: http://www.grr.org.ar/campanapdf/index.php

    Lo que significa la soja en Argentina: http://www.ecoportal.net/content/view/full/21349

    Este sitio: http://www.biodiversidadla.org/

  5. nat Says:

    Argentina: para frenar los agrotóxicos

    Una organización que viene denunciando los efectos de los agroquímicos en la salud humana pidió que la Justicia federal suspenda la venta y el uso de esas sustancias en todo el país. La demanda puntualiza acusaciones de una decena de provincias

    El Grupo de Reflexión Rural (GRR), organización que impulsa desde hace tres años una campaña para detener las fumigaciones con agrotóxicos, realizó una presentación judicial para suspender la venta y uso de agroquímicos en todo el país. Radicada en los Tribunales de Comodoro Py, la denuncia toma como uno de sus fundamentos la “emergencia sanitaria” del barrio cordobés Ituzaingó Anexo –saturado de casos de cáncer, enfermedades respiratorias y malformaciones–, solicita penas de hasta 25 años de cárcel y apunta contra el modelo de agronegocios, personificado en empresas (Monsanto), ámbitos académicos (Facultad de Agronomía de la UBA y Conicet) y organismos oficiales (INTA, Secretaría de Agricultura y Senasa). La entidad Madres de Ituzaingó, que se organizó a medida que las enfermedades se multiplicaban en su barrio, ya tuvo su primera reunión con la comisión investigadora del Ministerio de Salud, creada por orden de la Presidenta. “Queremos creer lo que nos dicen, pero tenemos miedo de que todo quede en la nada”, advirtieron.

    La denuncia encuadra legalmente el uso de agrotóxicos en la “modalidad agravada” del artículo 200 del Código Penal: “Será reprimido con reclusión o prisión de tres a diez años el que envenenare o adulterare de un modo peligroso para la salud, aguas potables o sustancias alimenticias. Si el hecho fuere seguido de la muerte de alguna persona, la pena será de diez a veinticinco años de prisión”. El Grupo de Reflexión Rural (GRR) cita la muerte de tres niños en Entre Ríos (caso conocido como “los primitos Portillo”) y puntualiza acusaciones de una decena de provincias.

    “Se ha afectado de un modo inexorable la salud pública. Y ante la gravísima situación de contaminaciones masivas, se solicita se dicte la medida cautelar tendiente a suspender y/o limitar la venta y uso de agrotóxicos que afectan la vida de las personas”, destaca la presentación. Jorge Rulli, fundador del GRR, puso nombre y apellido al químico que apuntan: “El Roundup de Monsanto es una de las referencias obligadas de este modelo. De mínima, hay que cambiar de manera urgente la graduación toxicológica, aún hoy se lo considera inocuo, lo cual es un crimen”, afirmó. El Roundup es el nombre comercial del glifosato, un agroquímico pilar de la industria sojera. Sólo en la campaña 2007/2008, los campos argentinos fueron rociados con 168 millones de litros del agrotóxico.

    La demanda también apunta contra los distintos eslabones del modelo agropecuario. “Es imprescindible que se investigue la eventual responsabilidad criminal de quienes producen los agroquímicos, y los funcionarios que han autorizado y liberado el uso de esas sustancias. Resulta imprescindible indagar en los ámbitos que han promovido el modelo y si estos actores han actuado con culpa o dolo”, reclaman a través de las seis carillas de la presentación, realizada el jueves 15 de enero y ampliada el lunes último, radicada en el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N8, a cargo de Jorge Alejandro Urso, y en la fiscalía N12, dirigida por Oscar Ricardo Amirante.

    Los denunciantes solicitan que se determine la responsabilidad de lo que denominan “impulsores y/o sostenedores” de los agronegocios: Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y Secretaría de Agricultura. “Sería importante determinar en base a qué prueba científica se han basado las autoridades de aplicación para la aprobación de los agrotóxicos”, reclama y acusa: “Los graves hechos por los que se denuncia a los agroquímicos no hubieran sido posibles sin la participación de funcionarios estatales”.

    También culpa a la Facultad de Agronomía de la UBA y el Conicet como los “ámbitos académicos, científicos y tecnológicos desde donde se ha impulsado este modelo criminal de producción agraria”. En cuanto a las empresas responsables, indica que “existen indicios graves, precisos y concordantes que indican que las corporaciones se han servido de publicidad mentirosa o engañosa para comercializar sus productos”.

    Luego de una investigación de este diario, el miércoles 14 la Presidenta ordenó al Ministerio de Salud la creación de una comisión investigadora que se ocupe de las denuncias por contaminación y efectos sanitarios que existen en todas las zonas sojeras, con punto de inicio en el barrio Ituzaingó de Córdoba. El lunes último, el decreto 21/2009 le dio sustento administrativo.

    El mismo lunes 15, la comisión llegó por sorpresa al barrio Ituzaingó y se reunió con las Madres. “Le remarcamos dos puntos: nuestro barrio es sólo uno de la gran cantidad que hay, que tienen que ocuparse de todos. Y, el segundo punto, que necesitamos urgente ayuda médica y, en casos concretos, también ayuda social para familias que han quedado postradas por el glifosato”, explicó Sofía Gatica, de la organización.

    El caso testigo fue el de la familia Olariaga, que sufría permanentes fumigaciones. Yolanda, de 64 años, tiene dos tumores en la cabeza y sufre discapacidad motriz. Débora tiene 26 años, tres tumores en la cabeza y aún no pudieron operarla. Ezequiel Olariaga tiene 25 años y 22 tumores distribuidos en la cabeza y el estómago. Sufre sordera, producto de la enfermedad, y espera turno para ser tratado. “La salud de ellos tiene directa relación con las fumigaciones. Y eso destruyó sus posibilidades laborales. Desde Nación se comprometieron a ayudarlos”, explicó Gatica.

    La reunión entre la comisión del Ministerio de Salud y las Madres de Ituzaingó se extendió por dos horas. También intervino la Secretaría de Salud local y se acordó realizar estudios ambientales y un relevamiento sanitario. Formó parte de la comitiva nacional el subsecretario de Prevención Sanitaria, Humberto Jure, un conocido del barrio. “El fue funcionario de salud provincial, sabía de nuestros reclamos y nunca nos escuchó. Queremos creer que no pasará lo mismo con esta comisión”, advirtieron las Madres de Ituzaingó.

    Página 12, Argentina, 21-1-09

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